Ciudad del Vaticano.-León XIV es el nuevo Papa. El cardenal Robert Francis Prevost ha sido elegido Pontífice 267º de la Iglesia Católica.
Los 133 cardenales del cónclave más multicultural de la historia han elegido al sustituto de Francisco en un cónclave más ágil de lo esperado, tras cuatro votaciones. El candidato elegido ha conseguido reunir 89 votos, los dos tercios necesarios para salir elegido.
Su nombre se conocerá en breve con un ritual. El protodiácono de la Iglesia católica, Dominique Mamberti, ha anunciado desde el balcón central de la basílica de San Pedro al próximo papa con la tradicional fórmula en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!” (“¡Os anuncio una gran alegría: tenemos Papa!”).
Después, pronunciará el nombre del nuevo Papa y el que ha elegido como pontífice. Los dos últimos cónclaves se resolvieron en tiempos similares. En 2005 bastaron 24 horas y cuatro votaciones para la elección de Benedicto XVI. En 2013 hicieron falta cinco votaciones para que saliera el nombre del papa Francisco.
La multitud en la plaza de San Pedro se llena de júbilo al conocerse la identidad del nuevo papa, el cardenal estadounidense, Robert Francis Prevost, quien ha elegido como nombre papal León XIV.
En la plaza se escucha su nombre sin cesar: “¡León, León”.
El nuevo Papa, León XIV, hasta ahora Robert Francis Prevost, tiene 69 años y es estadounidense, medio latino —nació en Chicago, de padres de origen francés y español, y ha pasado 40 años en Perú, donde ha sido obispo—.
De carácter tranquilo y humilde, no despertaba antipatías en ningún sector, puede que por mantener un perfil muy bajo (no ha dado una sola entrevista). Es de los pocos a los que Francisco señaló de alguna manera, al nombrarlo por sorpresa en 2023 jefe del potente dicasterio para los obispos, un cargo en el que ha tenido contacto con todos los continentes. Tiene mucha experiencia tanto pastoral como de gobierno, pues ha sido superior de los agustinos, la orden a la que pertenece, y conoce la Curia.
Prevost ha roto la norma no escrita de evitar nombrar papa a los cardenales estadounidenses por proceder del país más poderoso, quizás por su perfil más complejo. Es un mediador entre los obispos de EE UU, la Iglesia donde la división ideológica y la polarización es más fuerte. Puede hacer regresar las donaciones de Estados Unidos a las maltrechas arcas vaticanas en la era de Donald Trump.El Pais.