En un intento por posicionarse como la salvadora de los colorados, la Senadora Lilian Samaniego, junto a sus compañeros de partido, Arnaldo Samaniego y Juan Afara, ha lanzado una iniciativa conocida como la «Ambulancia» republicana. La promesa era ambiciosa: recorrer el país para rescatar a los afiliados del Partido Colorado en un momento de una supuesta incertidumbre y división. Sin embargo, la realidad ha demostrado ser drásticamente diferente, dejando en evidencia no solo un fracaso en convocatoria, sino también una falta de conexión con la base colorada.
El primer gran tropiezo de la «Ambulancia» se hizo evidente en el Departamento de Itapúa, específicamente en la reunión convocada en el distrito de Bella Vista. Con gran alarde de presentación y expectativas, Samaniego se encontró entre un horizonte desolador: apenas unas 25 personas asistieron a lo que debería haber sido un encuentro significativo para revitalizar el «espíritu colorado» en la región. La escasa asistencia demuestra la poca credibilidad que la senadora tiene entre sus pares, y sobre su capacidad de movilización.

Asimismo, el hecho que el nombre de Juan Afara, un senador itapuense con un pasado reconocido, ya no logre captar un número significativo de seguidores, añade una capa adicional de preocupación sobre el movimiento que quiere generar el clan Samaniego en Itapúa. A medida que la «Ambulancia» intenta navegar un terreno cada vez más erosionado, la falta de apoyo también refleja el descontento con los líderes que deberían estar alineados en pos de un mismo objetivo.
Lilian Samaniego ha demostrado, con este intento fallido, que su enfoque parece estar más centrado en enturbiar el ambiente dentro de la Asociación Nacional Republicana (ANR) que en realmente ayudar a sus correligionarios. Su notable oposición a la gestión del actual presidente del partido, Horacio Cartes y del Presidente de la República, Santiago Peña, sugiere que su verdadera motivación quizás reside más en una lucha interna de poder que en el bienestar de la gente. Esta actitud ha llevado a muchos a cuestionar si su búsqueda de apoyo es genuina o simplemente un ejercicio para fortalecer su posición personal.
El mensaje es claro: los intentos de la Senadora Samaniego de «rescatar» a los colorados parecen más un intento desesperado de mantener su relevancia ante un electorado cada vez más escéptico. La carencia de interés en las necesidades reales de la comunidad y la búsqueda de un beneficio personal son aspectos que no pasan desapercibidos. La política, en su esencia, debería enfocarse en la representación y el servicio a la gente, pero, en vez de eso, vemos un claro desvío hacia la ambición y la rivalidad interna.

La «Ambulancia» republicana es un claro símbolo del desasosiego que actualmente enfrenta el Partido Colorado. El fracaso de este emprendimiento reafirma la necesidad de que sus líderes se reúnan y se centren en lo que realmente importa: la confianza, la unidad y el verdadero liderazgo. Mientras tanto, la senadora Samaniego y sus colegas deberán reflexionar sobre sus verdaderas intenciones y ajustar su rumbo si desean recuperar la fe de un electorado que se siente cada vez más distante.