Ña Nena (Bienvenida Páez Monges) (72) tiene un hablar pausado y dulce. Sus palabras tienen chispas de poesía y gotas de sabiduría. Es actualmente, un tesoro viviente de la cultura paraguaya. Nació el 8 de junio de 1951. “Soy aregüeña, alfarera y paraguaya”, dice. Cuando le pregunto cómo aprendió el arte de la cerámica, recuerda a su madre, que también, como ella, se llamaba Bienvenida. Su apellido, Páez Monges, es un referente de Areguá, capital del departamento central, lleno de historias, paisajes, personajes históricos y ficticios.
Ña Nena ¿Cómo y cuándo se inició en la alfarería?
Mi madre fue la que inició la Alfarería Páez Monges hace más de 50 años. Ella era docente, pero un día decidió dejar las aulas y fundó la alfarería que le permitía hacer el trabajo desde el hogar, con sus hijos. Me inicié cuando tenía 17 años, aprendiendo de ella y de toda la familia, porque todos se dedicaban a este quehacer. A mí me ha gustado mucho siempre, porque es un trabajo noble de lunes a lunes, donde uno es patrón y peón a la vez. Toda la familia se dedica al oficio, aunque muchos de los más jóvenes ya sean ingenieros, abogados… siguen trabajando la cerámica.
Seguro, Ña Nena, que tiene muchas historias con esta labor…
¡Tengo tantas historias, anécdotas, vivencias, inmensas, buenas!. En ellas, está la tristeza, pero también la alegría, la esperanza, el triunfo y la conquista.
Trato de impregnar en las piezas, los mejores sentimientos, la “buena onda”, sobre todo el triunfo y la conquista que son fundamentales para la vida.
La alfarería es un trabajo hermoso, y el 80 por ciento de la población de Areguá se dedica a ello. Soy fundadora del Centro de Producción de Cerámica de Areguá (CEPROCA) y hoy día trabajo con la Asociación de Alfareros de Areguá (AAA)
¿Qué características tiene su cerámica?
El trabajo que nos caracteriza en la Alfarería Páez Monges es el grabado esgrafiado. No usamos pinturas artificiales o sintéticas, sólo pinturas naturales. Usamos el engove a base de caolín que requiere selección y proceso. Para las macetas usamos el color blanco y los demás objetos, que son piezas únicas, son de diversos colores naturales. Utilizamos el puntillismo y el esgrafiado
¿Continúan las nuevas generaciones de su familia este trabajo?
Sí. Hace quince años falleció mi hermano Domingo Bautista Páez Monges. Pero su hijo trabaja en forma permanente en la alfarería Domingo Bautista Páez Monges Ruiz Díaz junto a esposa Lorena Lenguaza
¿Tiene alguna anécdota que compartir?
Tengo muchas. Recuerdo una mañana de un tiempo de muy escasas ventas. No había ni para el desayuno. Las calles de Areguá estaban vacías. La panadería quedaba cerca de casa pero no tenía para los palitos ni el coquito. Salí a las calles a mirar y estaban vacías. De pronto apareció un señor que se interesó en una olla esgrafiada grande, de unos 60 cm de diámetro. Me preguntó por el precio y se lo dije. Y se quedó triste porque al parecer no tenía el dinero. Entonces le pregunte: ¿Cuánto quiere pagar? Y me dijo que sólo tenía diez mil guaraníes. Es suyo, le dije. Inmediatamente fui a la panadería y pudimos desayunar con panificados.
Apoyo del IPA
El Instituto Paraguayo de Artesanía ( IPA), organiza en el 2024 el Tercer Encuentro Nacional de Ceramistas del Paraguay, y promueve la Ruta de la Artesanía. La Alfarería Páez Monges forma parte de este circuito.
En la promoción del circuito señala IPA que “el taller de alfarería Páez Monges representa experiencia cultural única, en un espacio remodelado en el cual se mantuvo la estructura original ya que es una obra reconocida como patrimonio cultural material de la ciudad de Areguá”.
“Al ingresar al taller se puede observar el paso a paso de la elaboración de la artesanía, desde la preparación del barro, hasta su cocción y producción final. Es una de las alfarerías más antiguas de la ciudad de Areguá, conocida como la “Alfarería Páez Monges” del barrio San Roque de Areguá. Con ella trabajan los integrantes de la familia que con dedicación y arte moldean la arcilla para crear vasijas, planteras y jarrones usando el torno manual y moldes. La terminación es de engobe blanco, óxido, y su especialidad es el arte del grabado con dibujos inspirados en la fauna y la flora local, como los animales domésticos de su hogar, o el ambiente natural vinculado al lago, realizados completamente a mano”.